
Esta mañana, mientras caminaba sin prisa, me di cuenta de algo que me sacó una sonrisa: hay lujos que no cuestan dinero. Tomarte el café en silencio. Escuchar sin mirar el móvil. Tener espacio mental para crear, para reír, para estar. Eso, pensé, se parece mucho a ser rica.
Y no hablo de negarlo todo al dinero. Hablo de reconocer lo invisible: lo que ya tienes y no suena en forma de monedas en tu cartera. En este post, voy a recordarte lo que ya sabes acerca de la abundancia y la intención. Porque lo cierto es que ya lo sabes, pero a veces, se nos olvida. Porque, ¿y si ser rica fuera una forma de ver la vida?
El recurso más infravalorado: la atención
Nos entrenan para ahorrar dinero, pero no para ahorrar energía. Para planificar gastos, pero no deseos. Para perseguir más… en lugar de preguntarnos para qué. Y a veces, nos despertamos con la sensación de ir tarde, aunque lleguemos a todo. ¿No te parece curioso?
¿Qué pasaría si tratáramos nuestro tiempo como tratamos una inversión? ¿Y si, en vez de preguntarnos “qué toca hoy”, nos preguntáramos “qué me importa hoy”? Para hacer esto, necesito reflexionar sobre quién soy y cuáles son mis 5 grandes. Te hablé de ello en alguno de mis primeros posts del bolsillo actitud.
La abundancia
La abundancia empieza en lo que eliges mirar. Como decía el sabio Principito de Antoine de Saint-Exupéry:
Lo esencial es invisible a los ojos.
ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY
Imagina que pudieras reorganizar tu día como una galería: solo cuelgas en la pared lo que realmente te conmueve. Una hora para pensar sin notificaciones. Diez minutos para estirarte con música. Una tarde entera para una conversación que nutre. No necesitas más tiempo. Necesitas intención.
No tienes que hacer grandes cambios. Solo actuar desde una pregunta poderosa:
¿Esto me acerca o me aleja de la vida que quiero?
Un ejercicio para empezar hoy
Haz una lista de cosas que consideras “vida rica”: sensaciones, rutinas, personas, lugares, silencios.
Mira tu semana pasada. ¿Cuántas de esas cosas estuvieron presentes?
Elige una que puedas añadir mañana. Solo una. Pero ponla en el calendario como si fuera una cita importante. Porque lo es.
A veces no necesitamos cambiar de vida. Solo de perspectiva.
A veces no es falta de tiempo. Es falta de claridad.
Y a veces, el lujo más grande es decir: esto lo elegí yo.
La verdadera medida de tu riqueza es cuánto valdrías si perdieras todo tu dinero.
H. JACKSON BROWN
¡Nos leemos!
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