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Bolsillo actitud. El cortisol y cómo entenderte mejor.

Galerías Hauser & Wirth, Menorca

El 90 % de las cosas que nos preocupan, nunca llegan a suceder.

Marian Rojas Estapé

Esta frase me parece demoledora. Eso significa que casi todas nuestras preocupaciones, ¡no tienen razón de ser! Es fácil decirlo y difícil aplicarlo. Como siempre. Pero tenerlo presente seguro que te ayuda. En mi caso, que soy un nervio y una persona muy (pero que muy) activa, tiendo a anticiparme a los hechos. Como buena sufridora de las expectativas y la anticipación, en este blog te resumiré algunas ideas que me han ayudado a gestionarlo mejor.

Nuestro enemigo: el cortisol

El cortisol, como todo en esta vida, no es malo per se. El problema viene cuando circula por nuestro torrente sanguíneo en cantidades industriales. Empecemos por conocer a nuestro enemigo para poder «atacarlo» mejor.

El cortisol es una hormona que se vincula directamente con el estrés. Nos prepara para la lucha o la huída. Esto en nuestros antepasados prehistóricos tenía mucho más sentido que ahora, cuando, por suerte, no es habitual tener que salir corriendo o luchar por nuestra supervivencia.

En pequeñas cantidades, hasta nos es beneficioso. Nos ayuda a tener ese extra de concentración o realizar mejor una tarea física.

No obstante, frente a un exceso de cortisol nuestro cuerpo reacciona:

  • Acelerando el pulso cardíaco.
  • Inhibiendo la secreción de insulina con la consecuente liberación de glucosa.
  • Contrayendo y contracturando los músculos.
  • Canalizando la energía hacia el sistema defensivo.
  • Alterando el ciclo reproductivo.
  • Inhibiendo el sistema de crecimiento.
  • Alterando las funciones de la glándula tiroides.

Para conocer en mayor profundidad todos sus efectos y su relación con multitud de alteraciones biológicas y del comportamiento, te recomiendo el libro «Cómo hacer que te pasen cosas buenas» de Marian Rojas Estapé. Esta psiquiatra es una comunicadora excelente y es un referente para mí.

Queda más claro ahora entonces, que debemos controlar su producción y su cantidad.

Tu antídoto: el autoconocimiento y el mindfulness

Para mí, el mayor alivio, es conocerme y ser capaz de detectar el sentimiento que tengo ante cada situación. Yo, que soy tan intensa, obtengo un alivio inmenso al pararme a reflexionar y racionalizar el boom de sentimientos que tengo dentro. Igual a ti no te funciona de la misma manera pero lo que está claro es que conocerte, es el primer paso.

Así podrás entender por qué reaccionas de la forma en que lo haces y establecer rutinas y acciones que te ayuden a salir del bucle negativo. Para ello, volver a la frase con la que abría el post, me parece fundamental.

El 90 % de las cosas que nos preocupan, nunca llegan a suceder, pero el cuerpo y la mente las percibe como si fueran reales.

Marian Rojas Estapé

La última parte que acabo de añadir es la clave. El cerebro no distingue realidad de imaginación. Haz la prueba. Imagina algo que te altere y piénsalo con fuerza. Seguro que se te ha acelerado el corazón e incluso puede que te sientas intranquilo y nervioso.

Teniendo en cuenta esta certeza, debemos controlar muy estrictamente nuestros pensamientos. Estos afectan a nuestro organismo y a nuestro bienestar. Y aquí entra en juego el mindfulness.

Ni el ayer ni el mañana: el ahora

Hacer las cosas enfocado en el presente, lo mejora todo. Eso es básicamente el mindfulness, hacer las cosas con consciencia y con todos nuestros sentidos.

Cuando trabajas, aumentas la productividad porque disminuyes las distracciones y tu cerebro se enfoca en la tarea actual. Al estar con otras personas, mejoran el tipo de interacciones que tienes con ellas porque practicas la escucha activa y les dedicas toda tu atención. Y eso, por muy bien que sepamos disimular, se nota. A la hora de las comidas, saboreas mejor los alimentos y eres capaz de detectar antes la sensación de saciedad, evitando comer de más. Cuando vas a dormir, si consigues controlar ese torrente de pensamientos y preocupaciones, descansarás más y mejor. (Relativo al descanso, te recomiendo mi post del sueño, para que consigas comprender su importancia).

Si además de hacerlo todo con mayor consciencia, conseguimos introducir en nuestra rutina tareas, hobbies y encuentros que nos llenen y nos acerquen a nuestros valores, entonces seguro conseguiremos mantener el cortisol bajo control.

¡Nos leemos!

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